Brian Clough y Don Revie fueron y representan la viva imagen del odio, la enemistad y la rivalidad de la Inglaterra de los 70. La enemistad requiere de un periodo de enfrentamientos entre partes que aspiran a lograr un mismo objetivo. A lo largo de la competición nace el odio y la oposición entre ambos, hasta el punto de romper cualquier relación para declarar una eterna rivalidad.

La enemistad y la rivalidad conllevan relaciones frías, crudas y amargas, como la Inglaterra de los 70, un pueblo sin atisbos de mejora económica desde la década de los 50. La sociedad británica vivía sumida en un estado de crisis permanente, en el que el IRA estaba a la orden del día y la clase trabajadora seguía viviendo en la precariedad de las minas de carbón y la industria situada al norte del país. Solo en unas condiciones así podía surgir una ardiente rivalidad entre dos técnicos, dos estilos o dos maneras de entender la práctica del fútbol.

Héroes ciudadanos

Derby y Leeds, dos ciudades situadas a apenas una hora y media de distancia en coche, serían testigos de esta cruda rivalidad. Ensombrecidas por sus vecinas Manchester, Sheffield o Birmingham, ambas ciudades eran el centro neurálgico de sus condados, pero se encontraban lejos de ser relevantes económicamente a nivel nacional. Tampoco brillaban en el aspecto deportivo; tanto los Whites como los Rams vagaban por la amarga segunda división inglesa, antes de la llegada de sus respectivos héroes.

Revie para los del Yorkshire y Clough para los del Derbyshire se encargaron de cambiar el devenir de estas dos ciudades. Las situaron en el centro de la opinión pública hasta convertirlas en ciudades emblemáticas para el fútbol británico. Pasaron de mundanas a imprescindibles, de ciudades irrelevantes a estar día tras día en boca de la ciudadanía. Fueron más que dos simples entrenadores, héroes ciudadanos que pusieron en el mapa futbolístico dos ciudades aparentemente tranquilas. Nadie hasta entonces había hecho más por poner a Leeds y Derby en el foco de radios, televisiones y todo tipo de prensa.

Mapa del Norte de Inglaterra. Fuente: Turismo.org
Mapa del Norte de Inglaterra. Fuente: Turismo.org

Liderazgo y egocentrismo a partes iguales

Clough y Revie sobresalían en el mismo aspecto, su gran capacidad de liderazgo. Eran líderes natos, capaces de convencer a toda una ciudad sobre sus métodos, sus tácticas y sus alineaciones. A ello, como buenos líderes, sumaban un entusiasmo desmesurado por su trabajo. Vivían por y para el fútbol, locos y enfermos por mejorar cada día a sus equipos hasta llevarlos a la cima. Se ganaron la plena confianza de sus vestuarios, hasta el punto de que los jugadores eran confesos de las religiones Cloughista y Revista. Todo gracias a su gran capacidad comunicadora para emitir los mensajes positivos y negativos cómo y cuándo tocaba. Eran dos grandes motivadores, expertos en exprimir a los jugadores hasta sacar sus últimos resquicios de calidad, considerados por la opinión pública como dos de los mejores técnicos en el aspecto psicológico.

Su gran éxito, sin embargo, escondía detrás un carácter egocéntrico como pocos se han visto. Asumían los golpes por todo el equipo, aunque también eran los primeros en enorgullecerse por sus hazañas. Eran las estrellas de sus equipos por encima de cualquier jugador. Les gustaba ser el foco de atención de la prensa, en especial a Clough, que llegó a compaginar su labor como director técnico del Derby con la de analista para la BBC. Fueron personajes controvertidos, amantes de la polémica y de decir lo primero que les venía a la mente sin ningún tipo de filtro. Amados por muchos y odiados por otros tantos, sus múltiples apariciones en la prensa británica les convirtieron en figuras públicas antes que mundanos entrenadores.

El inicio de una rivalidad

La rivalidad entre Clough y Revie nació un 27 de enero de 1968, en un duelo que enfrentaba a los del Yorkshire contra los Derbyshire, en la tercera ronda de la FA Cup. Antes del duelo, Clough, que por aquel entonces vagaba con su Derby County por los puestos bajos de la segunda división inglesa, había declarado tener una gran admiración por Revie. Ambos nacieron en la misma ciudad, Middlesbrough, y jugaron en el mismo equipo, el Sunderland, aunque no llegaron a coincidir sobre el terreno de juego. El Leeds United era el equipo de moda del fútbol británico, Don Revie los había ascendido en la temporada 63-64, y desde entonces no habían bajado de la cuarta plaza en la primera división inglesa. El técnico del Leeds era el espejo en el que se miraba Clough, un referente a seguir si quería lograr los mismos éxitos.

Aquel día todo cambió. Clough esperaba mantener una charla de entrenador a entrenador, pero se topó con un Revie áspero, que ni siquiera hizo el mínimo gesto por saludar al técnico del Derby. El Leeds ganó el duelo cómodamente por 2-0, pero el resultado fue lo de menos, había surgido una rivalidad que marcaría el inicio de la década de los 70 en el fútbol inglés. Clough cruzó de por vida a Revie y juró que algún día su equipo sería mejor que el Leeds. Tan solo dos temporadas después se volverían a cruzar las caras, esta vez en la primera división inglesa. El Derby había iniciado como un cañón su temporada de regreso a la élite del fútbol inglés, pero se toparía de frente con los vigentes campeones. Por segunda vez Clough y su Derby eran incapaces de imponerse al Leeds de Don Revie.

No sería hasta el tercer enfrentamiento entre ambos cuando Clough cosecharía la primera victoria en las narices de Revie. En un duelo disputado en el Baseball Ground, los Rams consiguieron imponerse por 4-1 a los Whites. Aquello únicamente fue el inicio de una rivalidad que iba más allá del terreno de juego.

Clough y Revie en el inicio de su rivalidad. Fuente: fragmento de un video de Youtube
Clough y Revie en el inicio de su rivalidad. Fuente: Youtube

La oposición perfecta

Fruto de aquellos primeros duelos, nació una rivalidad candente entre Derby y Leeds, que se vio acentuada por el rápido ascenso de los Rams a la élite del fútbol inglés. Los partidos entre ambos se jugaban a cuatro partes: la rueda de prensa previa al partido marcaba el pitido inicial, y hasta que Clough o Revie no salían de la sala de prensa posterior al partido, el duelo no se daba por finalizado. Eran enfrentamientos clave y llegaban a definir la parte alta de la tabla, llenos de emoción, sentimiento y pasión entre dos técnicos que salían a defender su propuesta a capa y espada. Representaban dos estilos completamente antagónicos. Clough era un amante del buen juego, y su Derby trataba de dominar los partidos a través de un juego asociativo, vistoso y alegre. A las antípodas se encontraba el Leeds de Don Revie. Un conjunto duro de pelar, conocido por el sobrenombre de Dirty Leeds por la dureza con la que se empleaban sobre el campo.

Sus estilos de juego escenificaban a la perfección el significado de oposición. Su ego les hizo creer que ellos eran mejores que el rival, pero era el resultado final era el que dictaba sentencia. La tensión existente entre ambos técnicos se trasladaba a los terrenos de juego, donde se vivían escenas de una violencia extrema. Entre la dureza del Leeds y la dosis de energía extra que inyectaba Clough a sus jugadores cuando enfrentaban a los Whites, el campo se convertía en un festival de entradas duras, agresiones y tánganas que llegaron a involucrar a ambos cuerpos técnicos. Aquellos equipos eran un fiel reflejo de sus entrenadores, opuestos en el contenido, pero iguales en la forma. Transmitían la intensidad, la tensión y la competitividad que sus entrenadores les habían impregnado, pero apostaban por caminos distintos para llegar al gol.

Éxitos acompañados de fracasos

Tanto Revie como Clough trajeron gloria a sus respectivas ciudades. Los del Yorkshire, comandados por Revie, lograron dos ligas inglesas, dos copas y una Supercopa; mientras que el Derby Country encabezado por Brian Howard Clough se alzó con el título de liga en el año 1972 imponiéndose al Leeds por tan solo un punto de ventaja.

Sin embargo, ambos técnicos vivirían su ocaso en los posteriores años. Don Revie recaló en la selección inglesa como seleccionador nacional en 1974 con el firme objetivo de clasificar al Mundial de 1978 tras no lograr el pase para el del 1974. Aquello fue un fracaso y Revie no pudo clasificar a los Three Lions para la cita mundialista. El destino le deparó a Clough un lugar inimaginable tres años atrás. Sería el sucesor de Don Revie a las órdenes del Leeds United. Como dice la dicha, no pueden convivir dos gallos en el mismo corral, y aquella aventura tan ilógica terminaría cuarenta y cuatro días después. La obra Maldito United de David Peace refleja cómo fueron aquellos turbulentos días para Brian Clough, comandando a los muchachos de Don Revie.

Cara a cara entre Brian Clough y Don Revie en una entrevista para ITV News en 1974.

Para la posteridad, Clough y Revie nos dejaron uno de los momentos más singulares e icónicos de la cultura inglesa en los años 70. A los pocos días de que Clough fuera despedido como técnico del Leeds, la ITV los juntó en el estudio de Yorkshire Television para que debatieran sobre aquel Leeds y sobre el relevo en el poder. Aquella instancia televisiva alcanzó audiencias nunca antes vistas en la televisión británica.

Aunque aquel periplo por tierras del Yorkshire no le sentó nada bien a la reputación del mítico entrenador del Derby, Coughie, como era apodado por la prensa británica, aún le quedaban éxitos por cosechar, y en 1975 recalaría junto a su fiel e inseparable amigo Pete Taylor en las filas del Nothhingham Forest. En esta icónica ciudad, a tan solo 24 km de su querida Derby, alcanzaría el olimpo de los entrenadores, tras alzarse dos veces de forma consecutiva con la Copa de Europa, en los años 1979 y 1980.

Pete Taylor y Brian Clough junto a la copa de Europa ganada con el Nothhingham Forest la temporada 1979/80. Fuente: 25gramos
Pete Taylor y Brian Clough junto a la copa de Europa ganada con el Nothhingham Forest la temporada 1979/80. Fuente: 25gramos

Rivalidad eterna

Leeds y Derby nos brindaron a lo largo de la década de los setenta algunos de los duelos más emblemáticos de la historia del fútbol británico. Sin embargo, aquellos enfrentamientos no se entienden sin las figuras de Clough y Revie. Dos genios de los banquillos que fueron más allá y dejaron su sello impregnado en dos ciudades que no volverían a ser las mismas tras su paso. Fieles a su imagen, aquellos equipos permanecerán eternamente en las memorias de los aficionados Whites y Rams como los más exitosos de su historia.

La rivalidad que libraron Don Revie y Brian Howard Clough ha pasado a los anales de la historia como una de las más férreas, ambiciosas y amargas. También como una de las más bonitas, competidas y apasionadas. Seres carismáticos como pocos que se ganaron a pulso permanecer por siempre en los libros de fútbol. Cada uno a su manera fueron la antítesis perfecta, dejando para el recuerdo una rivalidad que les hizo eternos.


Síguenos en nuestras redes sociales para estar al día de la actualidad del Círculo Central.