El 26 de junio de 1992 en el estadio Ullevi de Gotemburgo, Dinamarca conquistaba su única Eurocopa tras vencer a Alemania en la final por 2-0 en uno de los que sería los mayores hitos de la historia del fútbol. La selección danesa, que inicialmente no se había clasificado para participar en el torneo, se vería beneficiada por la eliminación de Yugoslavia, que fue castigada debido a la Guerra de los Balcanes. De esta manera, un grupo de jugadores que ya había empezado a disfrutar de sus vacaciones se vio obligado a jugar una Eurocopa de manera precipitada y, tras batir a las mejores selecciones europeas, serían los encargados de dar una de las mayores sorpresas jamás vistas en una competición europea: salir victoriosos de un torneo del cual no estaban ni clasificados para participar.

La Eurocopa del ’92 fue disputada por primera vez en Suecia y no tardaría en dar síntomas de que no iba a ser un torneo del todo normal. La selección de Yugoslavia, que había reunido a una de las mejores generaciones de los últimos años, fue expulsada por la UEFA en favor de Dinamarca, que había quedado por detrás de los balcánicos en la fase de clasificación. Tras la decisión adoptada por la UEFA, Richard Möller Nielsen, el seleccionador danés, tuvo que llamar a filas a jugadores de la talla de Peter Schmeichel o Henrik Larsen de manera urgente para formar la convocatoria y así disputar una de las competiciones más importantes del fútbol de selecciones.

Alineación de Dinamarca en la Eurocopa del 1992. Fuente: Number1Sport
Alineación de Dinamarca en la Eurocopa del 1992. Fuente: Number1Sport

Fase de grupos

Dinamarca fue encuadrada en el Grupo 1 junto a Inglaterra, Francia y Suecia, la anfitriona, en la que sería la última Eurocopa que contaría con solamente ocho participantes. Los daneses empezaron con mal pie tras conseguir un empate sin goles en el primer partido de la fase de grupos ante Inglaterra, después de que Schmeichel tuviera que salvar a su selección en numerosas ocasiones. En la segunda jornada la situación no iría a mejor, sino que dificultaría aún más su clasificación para la siguiente ronda. Suecia, con el apoyo de su afición, derrotó a Dinamarca por 1-0 y dejó a la selección invitada con un solo punto a falta de un partido por disputar.

Para alcanzar las semifinales, tendrían que batir a Francia y que Inglaterra no ganase a Suecia. ‘La dinamita roja’ fue a por la victoria desde el primer momento y se adelantó en el minuto 8 con un gol de Larsen, aunque desde el otro estadio llegaron malas noticias: los ingleses también se habían puesto por delante. Tras una primera parte donde tanto suecos como daneses estaban eliminados, los siguientes 45 minutos cambiarían drásticamente el futuro de ambas selecciones. Después de que Francia empatara el partido con un gol de Papin, Elstrup en el 78’ materializaba el segundo tanto que daría los dos puntos que necesitaba el conjunto dirigido por Möller Nielsen para el pase a las semifinales. Además, el país anfitrión completó una épica remontada certificando también su clasificación. 

En el Grupo 2, compuesto por Países Bajos, Alemania, Escocia y la Comunidad de Estados Independientes (CEI), también hubo emoción hasta el último momento. La tercera jornada de la fase de grupos enfrentaría a Países Bajos y Alemania, que se encontraban empatadas a puntos y con el avance en la competición en juego. Los holandeses se impusieron a los germanos desde el primer momento y, tras ganar por 3-1, certificaron su liderato y su clasificación para la siguiente ronda, donde les esperaría Dinamarca. Pese a la derrota, el combinado teutón se aprovechó de la inesperada victoria de Escocia frente la CEI para poder enfrentarse a Suecia en las semifinales.

Semifinales

Tras haberse clasificado de manera dramática, ahora Dinamarca se tenía que ver las caras con los Países Bajos, los vigentes campeones. Los neerlandeses eran uno de los principales favoritos para llevarse el trofeo, al contar con una de las mejores plantillas de toda Europa. El trío formado por Gullit, Van Basten y Rijkaard, entre otras estrellas, hacía presagiar que la semifinal tendría un claro ganador, pero no fue así. Larsen adelantó a ‘La dinamita roja’ en el 5’, pero Bergkamp empató para los holandeses y puso el empate en el marcador pasados los veinte minutos de partido. Diez minutos más tarde, en el 33’, Larsen volvía a anotar para devolver la ventaja a los daneses. Y cuando todo parecía sentenciado, un gol de Rijkaard en el 86’ alargó el partido hasta la prórroga. Después de un tiempo extra sin goles, el finalista se iba a decidir en la tanda de penaltis, donde Schmeichel sería el héroe de todo un país al detener el lanzamiento de van Basten y clasificar a Dinamarca para su primera final en toda la historia.

Flemming Povlsen disputa un balón con dos jugadores holandeses. Fuente: Getty Images
Flemming Povlsen disputa un balón con dos jugadores holandeses.
Fuente: Getty Images

Mientras los daneses seguían festejando su inesperado éxito en la competición, la todopoderosa Alemania les esperaría en la final. La vigente campeona del mundo había vencido cómodamente a Suecia en las semifinales y eran los claros favoritos para llevarse el torneo, pero el conjunto de Möller Nielsen no había dicho su última palabra. En cuanto a la concentración previa al partido de ambas selecciones, los germanos apostaron por una estrategia muy diferente a la de los daneses. La gran revelación del torneo había llegado a la final después de clasificarse por sorpresa y afrontaron el partido sin ningún tipo de presión, mientras que los teutones se blindaron en su hotel restringiendo el tiempo de los jugadores para charlar con la familia y prohibiendo el acceso a cualquier aparato electrónico.

La gran final

Los alemanes llevaron el mando del encuentro desde el inicio, hasta que Jensen en el 18’ dio la sorpresa al anotar el primer gol para la selección danesa. Los germanos siguieron poniendo a prueba a Schmeichel durante todo el partido, que tuvo que salvar los muebles en numerosas ocasiones. Tras resistir a los constantes bombardeos alemanes y a falta de diez minutos, los daneses aprovecharon un contraataque de la mano de Vilfort para sentenciar la final y anotar el 2-0, que daría a Dinamarca su primera y única Eurocopa.

Dinamarca celebrando su única Eurocopa en 1992.  Fuente: AS
Dinamarca celebrando su única Eurocopa en 1992. Fuente: AS

Y así fue como una selección que en primera instancia no había sido ni siquiera convocada para jugar una Eurocopa acabó erigiéndose como campeón y dando una de las mayores sorpresas de la historia del fútbol. Además de dar una lección futbolística tras derrotar a dos de las favoritas de la competición como Países Bajos y Alemania, también enseñó al mundo como se debía afrontar un partido tan importante como una final: tranquilos y relajados ante la atenta mirada de toda Europa. Una actitud que contrastaba con la de su rival germano: casi militarizado en su hotel de concentración como si de un búnker se tratara. El 26 de junio de 1992, una Dinamarca clasificada a última hora demostró que una relajación adecuada puede ser mucho más efectiva que una férrea disciplina.


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