El 12 de septiembre del año pasado el Real Club Deportivo Espanyol iniciaba su periplo por la división de plata del fútbol español tras 26 años consecutivos en la categoría reina. El reto que tenían ante sí Vicente Moreno y su cuerpo técnico era de vital importancia para el club, no solo porque las anteriores veces que se había descendido se había ascendido al año siguiente, sino porque hoy en día quedarse más de una temporada en una categoría tan disputada podría llevar al club a la deriva y a permanecer así mucho tiempo. Solo hay que fijarse en algunos gigantes dormidos de nuestro fútbol como el Deportivo de La Coruña, el Zaragoza o el Racing de Santander.
Así pues, el club se puso a trabajar desde el minuto uno para confeccionar el mejor bloque posible. Para el banquillo se tuvo clara la decisión desde el principio, apostando por el técnico valenciano Vicente Moreno, un especialista en este tipo de situaciones que ya había ascendido al Nàstic de Segunda B a Segunda A y al Mallorca de 2B a Primera División. Con una trayectoria que le avalaba, parecía el técnico perfecto para acometer la ascensión, y así ha sido.
Anuncio oficial del fichaje de Vicente Moreno por el Espanyol.
Fuente: RCDE
La reconstrucción perica
En la parcela deportiva llegaron Keidi Bare y Fran Mérida para el mediocentro, Miguelón y Oscar Gil para el lateral derecho y Álvaro Vadillo para la delantera. Además, volvían de cesión Javi Puado, Lluís López y Álex López. Por último, Pol Lozano y Nico Melamed subieron del filial al primer equipo. Más tarde hablaremos de algunos de estos jugadores, ya que su rendimiento ha sido clave para que el Espanyol consiguiera el ansiado ascenso.
También lograron retener a Raúl de Tomás y Embarba, las dos grandes inversiones del club en el mercado de invierno para tratar de mantener la categoría, y que se preveían indispensables para conseguir el objetivo.
El inicio en segunda división
El primer partido fue el 12 de septiembre contra el Albacete, y se resolvió por la vía rápida con un 3-0 favorable para los blanquiazules. A partir de entonces el conjunto perico se mantuvo en zona de ascenso directo peleando con Mallorca, Sporting de Gijón, Almería y Leganés. Rápidamente los dos puntales del equipo, RDT y Embarba, grandes conocedores de la categoría tras pasar por el Rayo Vallecano donde también coincidieron, empezaron a sumar puntos para el equipo. El ariete madrileño marcando y el extremo asistiendo. Eran el dúo de moda del fútbol español.
Adrián Embarba, Raúl de Tomas y Melendo. Fuente: AS
Aunque los resultados eran buenos, el juego del equipo no iba en sintonía y muchos duelos se resolvían por la aplastante superioridad del equipo más que por dominar los encuentros, que era lo que se le pedía a una plantilla de tanta calidad. Practicaban un fútbol muy reactivo y preferían dejar al rival proponer, echándose atrás siempre que marcaban.
La crisis blanquiazul
En la parte media de la temporada empezó una mala racha y el aficionado perico empezó a estar disgustado, no ya por los resultados, más bien porque sentían que se estaba desaprovechando la plantilla. Incluso se empezó a dudar del técnico, pero desde el club siempre se depositó máxima confianza en él.
En ese momento había más sombras que luces en la temporada, pero sin duda la irrupción de Nico Melamed (2001), un chaval formado en la cantera, gustó a la afición. Se trata de un extremo diestro que juega a banda cambiada, muy hábil para el regate y con desparpajo y velocidad para encarar siempre que puede. Su impacto no tardó en notarse, y además sumó sus primeros goles, algunos muy importantes como el del día del Sabadell.
El ascenso meteórico
Por si fuera poco, la salida del bache que propulsó el meteórico final de temporada del equipo se produjo gracias a Melamed. Fue el 13 de marzo, cuando el joven de Castelldefels empató el partido contra el Mirandés en el minuto 95. Desde entonces los blanquiazules cosecharon siete victorias y dos empates hasta certificar su ascenso matemáticamente el 8 de mayo en el empate a 0 contra el Zaragoza.
En este tramo final de temporada ha habido un jugador que ha acabado de explotar, tanto futbolística como numéricamente. Se trata de Javi Puado, formado en la cantera perica, que se ha destapado como un pilar fundamental para Vicente Moreno. El catalán ya conocía la categoría tras haber realizado grandes actuaciones la temporada pasada en el Zaragoza, pero este año ha acabado de implosionar. Si bien se ha mantenido con un puesto en el once durante toda la temporada, ha sido hacia el final cuando ha acabado de materializar todo lo que producía en el campo. A día de hoy, cuando solo queda una jornada por disputar, lleva 12 goles y 8 asistencias, rozando las dobles cifras.

Javi Puado celebrando un gol ante Las Palmas. Fuente: RTVE
Jugadores clave
En la parcela ofensiva, los otros grandes facilitadores de victorias en el Espanyol han sido, como era de esperar, RDT y Embarba. El primero con 22 goles y 3 asistencias y el segundo con 9 goles y 14 asistencias. También han contribuido Melamed con 5 goles y 3 asistencias y Sergi Darder con 6 goles y 3 asistencias.
Hablando del centrocampista mallorquín, tanto él como su compañero de baile en el doble pivote del 4-4-2, Keidi Bare, han sido claves para lograr el ascenso. A Darder ya lo conocían en Cornellà el Prat de otras temporadas y, cuando está en forma, como ha sido este año, es un futbolista de muchos quilates que lleva la manija del equipo y lo hace jugar de forma muy distinta a cuando no está.
Este curso, además, ha llegado un nuevo compañero, el albanés Keidi Bare, que se ha erigido como el mejor fichaje blanquiazul. Llegaba como pivote defensivo para destruir y contener, pero el ex del Málaga ha demostrado mucho más, haciendo valer su buen pie para ayudar a Darder en la salida desde atrás y en la producción de juego en campo ofensivo. Además, se ha ganado a la afición perica por su implicación y actitud en el campo y fuera de él.
Por último, cabe destacar la llegada del delantero centro belga Landry Dimata en el mercado de invierno. Si bien sólo ha marcado tres goles, dos de ellos muy importantes porque fueron ante rivales directos como son Mallorca y Almería, su inclusión en el once ha sido vital para cambiar la trayectoria del equipo. Cuando llegó, el equipo se encontraba en plena crisis futbolística y de resultados y el míster incluso había modificado su 4-4-2 por un 4-2-3-1. Al llegar Dimata, Moreno pudo volver al sistema que más le gusta, beneficiando mucho a Raúl de Tomás, ya que por fin tenía un compañero de referencia que fijaba centrales y le permitía al madrileño moverse a su gusto y tener menos responsabilidad defensiva.
El retorno del RCD Espanyol a Primera División no ha sido un camino de rosas, como era de esperar, pero el equipo ha sabido contraponerse a las complicaciones que han ido surgiendo. La calidad de la plantilla es importante, pero no garante de conseguir el ascenso. Aún así, ayuda tener al máximo goleador de la competición y al máximo asistente, RDT y Embarba, respectivamente. Por lo demás, Vicente Moreno ha conseguido el objetivo del Espanyol, el ascenso directo, y con un gran tramo final de temporada que reforzará anímicamente a la plantilla de cara a su vuelta a la categoría reina.
Habrá que esperar a ver la confección de la plantilla para el año que viene para tratar de descifrar las aspiraciones del conjunto perico, pero el Espanyol ya está en el lugar que merece, la Primera División del fútbol español.
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