Es una realidad que en los últimos tiempos hemos presenciado la caída en desuso del 4-2-3-1, y con ello la lenta desaparición de la figura del media punta. Aquel esquema que a principios de siglo popularizó Jose Mourinho con sus asombrosos Porto, Chelsea, Inter o Madrid, y que seguirían su estela el Dortmund de Klopp o el Bayern de Heynckes, empezó a caer en el olvido a mediados de la última década. En parte, debido a la influencia de otros técnicos como Guardiola o Simeone y sus respectivos 4-3-3 y 4-4-2, los cuales poco a poco fueron siendo replicados en otros equipos. 

El esquema táctico del 4-2-3-1 tampoco ha quedado abandonado en su totalidad. Ha seguido siendo un esquema utilizado por técnicos que han llegado lejos en competiciones europeas, como el Madrid de Zidane, el flamante Ajax, el sólido Tottenham de Mauricio Pochettino o el reciente campeón de la Champions League, el Bayern de Múnich. Sin embargo, en la actualidad apenas podemos nombrar grandes equipos europeos que usen este esquema. A primera vista tan solo el Bayern, el Tottenham o recientemente el Barcelona; además de los “outsiders” Napoli y Milan que también hacen uso de este sistema.

Así es como con la aparición de otros esquemas en los que la figura del media punta queda desterrada, y la falta de grandes equipos en los que el media punta fuera el jugador estrella ha provocado a los ojos del espectador la ocultación e infravaloración del clásico “10”.

Müller, James y Coutinho han sido los grandes perjudicados de este cambio de tendencia. En los últimos cinco años los tres han sido relegados a jugar en otras posiciones, como extremos o interiores preferentemente. En estas demarcaciones han demostrado no poder exhibir todo su potencial, pero no por ello son peores jugadores. Son dieces puros y se los debe entender, comprender y juzgar desde esta posición.

Explosión

James es uno de los mayores talentos sudamericanos de la última década, aparte de poseer una de las mejores zurdas de la actualidad. No podemos olvidar que el colombiano completó un excelente Mundial 2014 en el que llevaría a la selección colombiana hasta los cuartos de final, además lograría en aquel mismo Mundial la bota de oro como máximo goleador. En su primera temporada en el Madrid, el cafetero no se quedó corto y demostró ser uno de los mejores jugadores del conjunto blanco; así lo corroboran sus estadísticas en liga aquella temporada –13 goles y 13 asistencias-. 

James en el instante antes de realizar el mejor gol del mundial 2014 con Colombia jugando como media punta.
James en el instante antes de realizar el mejor gol del mundial 2014 con Colombia.

Coutinho se daría a conocer en el Liverpool, la ciudad de los Beattles. Actuando como enganche formaría un magnífico ataque junto a Sterling, Luis Suárez y Sturridge. La marcha de los dos primeros, al Manchester City y Barcelona respectivamente, le permitió ganar galones dentro del vestuario. El brasileño lejos de achicarse aumentaría su nivel y, con la llegada de Jurgen Klopp, terminaría siendo la pieza sobre la que el técnico alemán empezaría a armar su proyecto.

Sobre Thomas Müller poco queda por escribir. Es posiblemente el jugador más infravalorado de la última década. Se trata del clásico alumno de ocho, aquél que no destaca por encima del resto pero que año tras año salda el curso con buenas notas. Así lo demuestran sus estadísticas: desde que debutó como profesional no ha habido temporada en la que haya bajado de los 10 goles y 10 asistencias.

Caída

Todos vivieron su momento álgido hace algunos años pero, en los últimos tiempos, parecían haber caído en el olvido del aficionado medio.

Los motivos que los llevaron a caer en desgracia siguen dos tipos de patrones: la pérdida de minutos tras la llegada de un nuevo entrenador, o el ser relegados a jugar en otras posiciones que no eran la de media punta.

En el caso de Thomas Müller ambas estuvieron presentes. El alemán era un indiscutible en el once del conjunto bávaro antes de la llegada de Niko Kovac. Sin embargo, cuando el técnico croata tomó las riendas Muller pasó a ser una pieza prescindible, que intercalaba sus minutos con James, Gortezka o Tolisso en el centro del campo. Además, a lo largo de la temporada 2018-2019 tuvo que actuar en muchas ocasiones como extremo, a raíz de las lesiones que castigaron a lo largo de toda la temporada a Ribery, Robben o Coman. Este cúmulo de factores le llevó a realizar su peor temporada desde su debut como profesional

La decadencia de Coutinho está relacionada directamente con el hecho de actuar en demarcaciones que no son puramente la del media punta. En su primera etapa en la ciudad condal fue un jugador que vivió la mayor parte de su tiempo de juego anclado en el extremo izquierdo. Esta demarcación le impedía sacar a flote su mejor fútbol y, como consecuencia, su trascendencia en los partidos era casi nula. En su último año en el Bayern no contó con demasiados minutos y, al igual que James, su fútbol en la ciudad bávara estuvo lejos del que en su día demostró poseer en el Liverpool. 

Coutinho con el dorsal 10 de media punta con el Bayern de Munich.
Coutinho con el dorsal 10 de media punta con el Bayern de Munich.

James por otro lado vivió un infierno desde la llegada de Zidane al banquillo madridista. El colombiano pasó de ser una pieza indispensable para Ancelotti a ser un habitual en el banquillo para Zizou. La falta de minutos en el Real Madrid lo llevó a salir cedido dos años al Bayern Munich. Sin embargo, en Alemania tampoco pudo brillar como en su día lo hizo en el Monaco o en el Oporto. La falta de minutos y de aclimatación al país germano nos impidieron ver de forma regular la mejor versión del cafetero. Finalmente, este último año en el Madrid ha sido un “déjà vu” de lo que en temporadas anteriores ya había vivido a las órdenes de Zidane.

Resurgir

La llegada del 2020 les ha ido como anillo al dedo a los tres y, hasta el momento, parece que los ha sacado del ostracismo en el que vivían inmersos. 

James ha recuperado su mejor versión en el Everton, entrenado por Carlo Ancelotti le ha configurado a su alrededor un sistema en el que se siente libre e importante. Partiendo desde el extremo derecho, aunque acaba actuando en la posición de 10 se encuentra bien rodeado por extremos y laterales con llegada como Richarlison o Digne, medios que le cubren la espalda como Allan, Docoure o Andre Gomes y un buen Calvert-Lewin, que actuando en la punta de ataque ha demostrado hasta el momento saber transformar en goles las oportunidades generadas por el colombiano.

James Rodriguez celebrando un gol con el Everton.
James Rodriguez celebrando un gol con el Everton.

El caso de Coutinho presenta ciertas similitudes con el de James. Ha arrancado esta temporada como un cañón, jugando claramente como media punta y siendo el conector entre los pivotes y los atacantes azulgranas. El cambio de dibujo que ha impuesto Koeman, le ha hecho ganar libertad y espacio para decidir y ejecutar. Tan solo lleva unos cuantos partidos, pero el Coutinho que hemos presenciado en este arranque de temporada no tiene nada que ver con el que vimos en el primer año vistiendo la camiseta azulgrana.

El clic en la cabeza de Müller llegó unos meses antes que los otros dos, concretamente con la llegada de Hans-Dieter Flick al banquillo bávaro en noviembre de 2019. Para el entrenador alemán fue indiscutible desde el primer día y junto con Lewandowski, Kimmich o Neuer son los principales artífices del Bayern 2020 que ganó la Champions League.

Flick apostó por él y le entregó las llaves del ataque bávaro y el alemán ha respondido rompiendo récords de asistencias, convirtiéndose así en el jugador que más asistencias ha dado en una temporada en la Bundesliga con 21 pases de gol. Desde la llegada del técnico alemán, Muller ha registrado unos números de escándalo llegando a anotar 14 goles y repartiendo 23 asistencias en menos de un año natural

Muller y Coutinho levantando la Champions League con el Bayern de Munich.
Muller y Coutinho levantando la Champions League con el Bayern de Munich.

James, Coutinho y Müller, tres jugadores que en los últimos años habíamos dado por perdidos, parece que están de vuelta. Los tres han recuperado su mejor versión futbolística, y nosotros, los aficionados, tan solo podemos agradecerles que nos hayan vuelto a ilusionar como en aquellas temporadas en las que la rompieron para convertirse en estrellas.

Los tres rondan la treintena y sus mejores años puede que ya hayan pasado, sin embargo con la clase que atesoran aún les queda mucho fútbol de élite en sus botas. Son tres de los mejores media puntas de la década y aunque no vienen de pasar por sus mejores años, desde Círculo Central estábamos convencidos de que su fútbol aún no había echado el cierre. 


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