Hoy, 2 meses y 5 días después, ha vuelto el fútbol y lo ha hecho en forma de Bundesliga. El destino ha querido que el retorno del fútbol sea con el derbi del Ruhr, Borussia Dortmund-Schalke 04. Así ha sido, y será el fútbol post-coronavirus.

El encuentro nos ha dejado imágenes para la historia, desde antes incluso del pitido inicial. Los amantes del fútbol hemos estado esperando este día con ansia. Después del parón mundial por la pandemia, el primer partido de fútbol post-coronavirus sería algo similar a una final de la Champions. Nada más lejos de la realidad.

Al inicio del encuentro, ambos equipos han saltado al césped por separado, sin realizar el característico pasamanos de los jugadores. Primero un equipo, y posteriormente, el rival. Lo único que hemos podido recuperar de la normalidad del fútbol de antes ha sido el sorteo, eso sí, sin apretones de manos.

La principal y más impactante situación del ‘nuevo’ fútbol es presenciar, el Signal Iduna Park, semejante escenario para practicar el fútbol, vacío. Sin un solo aficionado, sin el ‘muro amarillo’ haciendo temblar los cimientos del estadio, sin el aliento incansable que los aficionados proporcionan a los jugadores, sin las bufandas ondeando al viento. Una imagen devastadora. Solamente se escuchaban los gritos de los protagonistas retumbando en las gradas. Un fútbol que pierde su alma sin los aficionados.

Julian Brandt lanzando un córner con el Signal Iduna Park vacío

El fútbol post-coronavirus nos ha dejado otra imagen para el recuerdo. Todo aquel que no estuviera disputando el encuentro sobre el terreno de juego: entrenadores, jugadores suplentes, cuarto árbitro, periodistas, iban equipados con la correspondiente mascarilla. Algo que, personalmente, me sigue impactando. Además, solamente había 4 recogepelotas en el campo, los cuales debían desinfectar el balón cada vez que este salía del terreno de juego.

Recogepelotas del Borussia Dortmund desinfectando el balón

Los banquillos ha sido otro de los aspectos a comentar. En el banquillo, como antes del coronavirus lo conocíamos, solo habitaba el cuerpo técnico y los médicos, siempre respetando las distancias de seguridad. Los jugadores suplentes tenían los asientos del banquillo en la parte inferior de la grada, con un metro de seguridad entre butaca y butaca, convirtiéndose así en los únicos espectadores presenciales del encuentro.

Banquillo del Schalke: mascarillas y distancias de seguridad

El encuentro, en lo futbolísticamente hablando, ha sido un derbi bastante decantado hacia el bando local desde el inicio del partido. Los locales han dominado el encuentro de principio a fin. Erling Haaland, quien sino, ha inaugurado de nuevo los goles en el fútbol post-coronavirus. He aquí el acontecimiento que más impresión ha causado en mí.

Los goles, el aspecto más determinante en el juego, ahora pasan a ser, simplemente, goles. En el fútbol post-coronavirus las celebraciones desaparecen. Ya no veremos celebraciones efusivas con el público enloquecido, puesto que no hay público. Ya no veremos las celebraciones en piña de todo el equipo, más unido que nunca en ese preciso instante. Ya no veremos los gestos de cariño entre compañeros como podrían ser un beso, un abrazo o un empujón entre amigos. Ahora solamente veremos un gol y, posteriormente, carreras individuales con sonrisas en los rostros, pero manteniendo las distancias de seguridad. Aplausos y felicitaciones a distancia. Frialdad en su máxima expresión. Los goles no serán lo que eran.

«Los goles, el aspecto más determinante en el juego, ahora pasan a ser, simplemente, goles. En el fútbol post-coronavirus las celebraciones desaparecen»

El partido ha sido lo que ha querido el Dortmund. Los mediocampistas locales han tenido el control del balón y se han hecho dueños y señores del encuentro. Cuando querían acelerar y buscar la espalda del Schalke, la encontraban con facilidad. Los pases en el momento preciso, a la velocidad perfecta y en el espacio clave de Julian Brandt, han acabado por desmoronar al Schalke que se ha visto incapaz de reaccionar con el 2-0 en el marcador en la primera mitad.

En la segunda mitad, con la lesión de Jean-Clair Todibo, el Schalke ha salido a intentar recortar distancias en el marcador. David Wagner, entrenador del conjunto visitante, ha reconvertido su defensa de 5 a una defensa de 4. Así, con el equipo volcado al ataque en el inicio de la segunda mitad, le han bastado 3 minutos a Thorgan Hazard para rematar el encuentro en el primer contraataque que han tenido los locales. Finalmente, Rafael Guerreiro firmaría su doblete y pondría la puntilla al encuentro.

Borussia Dortmund 4 – 0 Schalke 04. Así ha sido el retorno tan esperado del fútbol. Un encuentro que nos ha dado, a los adictos al fútbol, una dosis de adrenalina, como si de un chute de heroína se tratase. Pero a la vez, el fútbol post-coronavirus nos deja con una sensación de nostalgia y extrañez. Esperemos que pronto, podamos volver a disfrutar del fútbol de siempre.