El fútbol sala para discapacitados visuales es un deporte fascinante. Esta modalidad no es fácil de practicar debido a que requiere unas cualidades físicas y técnicas extras, en cuanto al sentido de la orientación y a la movilidad en el terreno de juego. 

Esta disciplina creció condicionada por los reducidos espacios que los colegios destinaban a los deportes. No obstante, un terreno de juego de grandes dimensiones provocaba que el juego se diluyera, se perdía la orientación en el campo y respecto al balón y el ritmo de partido se reducía considerablemente.

Por estos motivos, que a su vez se convertían en obstáculos para los jugadores incrementando el riesgo de su práctica, el carácter de diversión que caracteriza este deporte, desaparecía. Para reducir estas dificultades, se optó por la práctica del fútbol sala, ya que aporta un mayor dinamismo al juego debido a los espacios reducidos. 

Esta modalidad de fútbol-5 se divide en dos categorías diferentes: B1 y B2-B3. Hay grandes diferencias entre ambas. 

Categoría B1

La categoría B1, también llamada para ciegos totales, es la disciplina que ha necesitado un número mayor de adaptaciones, consiguiendo así que a día de hoy tenga un reglamento muy completo y seguro para sus deportistas. En 2004 se realizó la primera edición de Fútbol-5 para ciegos en los juegos paralímpicos de Atenas.

Dicha categoría cuenta con unas adaptaciones clave como son: el balón sonoro, que es un balón reglamentario que cuenta con un cascabel en su interior y sirve para que los futbolistas pueden localizarlo; y las vallas en los laterales que delimitan el terreno de juego, permitiendo así una mayor orientación a los jugadores e impidiendo que el balón salga tan fácilmente, lo cual aporta fluidez al juego. Además hay un guía para cada equipo detrás de la portería que orienta a los jugadores.

Los equipos paralímpicos de España - Gran Bretaña en la categoría B1 de futbol sala para discapacitados visuales.
Los equipos paralímpicos de España - Gran Bretaña en la categoría B1. Fuente: Comité Paralímpico Español

Categoría B2-B3

Por otro lado está la categoría B2-B3 o también conocida como para ciegos parciales. Esta disciplina no requiere grandes adaptaciones debido a que los futbolistas tienen discapacidad visual, no ceguera. Las principales adaptaciones constan en lograr un contraste entre la pista y el balón y entre la portería y el fondo. También se requiere una iluminación igual durante el transcurso del encuentro. 

Ambas categorías coinciden en un punto, el portero es vidente. Esto facilita la jugabilidad, ya que ayuda a la orientación y a la comunicación de los jugadores. Además evita un posible riesgo mayor en caso de que el portero fuera invidente.

Por lo tanto, al hablar de fútbol sala para ciegos no solamente estamos hablando de manejar el balón, lo cual requiere una técnica individual, sino también de un dominio espacial y temporal altísimo para poder orientarse en el terreno de juego para distinguir la portería rival y las zonas del campo y también para localizar a tus compañeros y rivales sin chocarte con ellos.

En definitiva, podemos decir que el fútbol sala para personas con discapacidad visual es mucho más que un simple deporte. Es una forma de vida. De eso te das cuenta en cuanto tienes la posibilidad de disfrutar de un partido. 


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