En el año 2000, el Deportivo de la Coruña conquistaba su primer Campeonato de Liga y rompía la hegemonía de los grandes en la competición doméstica. En el año 2016, el Leicester City se hacía con la Premier League de la mano de Claudio Ranieri ante los gigantes financieros ingleses. Dos temporadas atrás, el Getafe de Bordalás se haría con la quinta posición que le clasificaría para Europa League, competición en la que acabaría tumbando a todo un histórico como es el Ajax en dieciseisavos de final.

Durante esta campaña, otro equipo se ha sumado a la lista de conjuntos modestos que aspiran a conseguir mayores logros y son capaces de conseguirlos: el Granada, que fue capaz de conseguir el pase a Europa League y llegar hasta cuartos de final para enfrentarse a uno de los clubes más importantes a nivel mundial: el Manchester United.

Descenso a los infiernos

Para entender la travesía del equipo andaluz hacia competiciones europeas hay que remontarse a la temporada 2016-2017. Ese año, el Granada solo conseguiría 20 puntos, y por consiguiente, el descenso a segunda división como último clasificado en la tabla. El varapalo no supuso una gran sorpresa, ya que durante las anteriores temporadas el equipo granadino ya había quedado cerca de la parte más baja de la clasificación. Es el caso del año 2016, en el que se mantuvo en la categoría de oro gracias a un solo punto de diferencia respecto el descendido Rayo Vallecano.

Una vez en la segunda división, el objetivo solo podía ser uno: ascender lo antes posible. Sin embargo, la temporada 2016-2017 no sería positiva para los andaluces, tras tenerse que conformar con la décima posición, lejos de los puestos de playoff y más aún de las posiciones de ascenso directo.

El Granada consumaba su descenso a Segunda División el 29 de abril de 2017. Fuente: Javier Etxezarreta / EFE
El Granada consumaba su descenso a Segunda División el 29 de abril de 2017. Fuente: Javier Etxezarreta / EFE

Un nuevo líder

Una mala temporada en segunda división y el hecho de no haber alcanzado el objetivo que se había fijado por parte del club provocó la destitución de Miguel Ángel Portugal. Su sustituto sería Diego Martínez, que aterrizaba en Granada tras haber dirigido al Osasuna. A partir de ese momento, la suerte empezó a sonreírle al club andaluz. Gracias a una gran solidez defensiva –fue el equipo menos goleado de la competición, con solo 28 tantos– consiguió acabar en segunda posición, puesto que le permitió ascender de manera directa.

El conjunto nazarí volvía a estar en el máximo escalón del fútbol español tan solo dos años después. Tras una excelente campaña en la división de plata, el objetivo no podía ser otro que mantenerse en primera. Sin embargo, el hito que lograrían la temporada siguiente hubiese sido difícil de imaginar una vez iniciado el campeonato: el Granada se consolidaría en la séptima posición y accedería por primera vez en su historia a la fase previa de la Europa League.

Los jugadores del Granada mantean a Diego Martínez tras ascender a Primera División. Fuente: Pepe Villoslada / Granada CF
Los jugadores del Granada mantean a Diego Martínez tras ascender a Primera División. Fuente: Pepe Villoslada / Granada CF

Entre las causas del éxito inminente que ha protagonizado el conjunto andaluz se encuentra el excepcional trabajo que ha llevado a cabo Diego Martínez –el entrenador más joven de la categoría, con 40 años–. El técnico nacido en Vigo consiguió levantar un vestuario que se había visto incapaz de ascender a la máxima categoría, llevarlo de vuelta a primera división y clasificarle para Europa League la temporada siguiente.

Un bloque compacto

Una de las claves de sus excelentes logros es la columna vertebral del equipo. A diferencia de otros equipos, una gran parte de la plantilla sigue manteniéndose intacta. Esto supone una dificultad añadida si se tiene en cuenta su presupuesto financiero en comparación a los otros clubes de La Liga.

El presupuesto de la temporada pasada, que acabó con la consecución de una plaza europea, fue de 37 millones, el tercero más bajo de la categoría, solamente por encima de Valladolid y Mallorca. La diferencia es abismal si se compara con los presupuestos de sus compañeros de Europa League: el Villarreal cuenta con 113 millones y la Real Sociedad con 85 millones.

Con el regreso a Primera, el Granada optó por mantener gran parte del equipo que había logrado el ascenso. De esta manera, jugadores importantes como Germán Sánchez, Antonio Puertas, Rui Silva, Víctor Díaz, Montoro, Quini o Fede Vico siguieron engrandeciendo una plantilla que se iba solidificando partido a partido gracias a Diego Martínez.

Durante el mercado de fichajes el Granada hizo pocas incorporaciones, pero a día de hoy se puede afirmar que fueron muy acertadas. El central Domingos Duarte fue fichado del Sporting de Lisboa por 3 millones, misma cantidad que se pagó por Darwin Machís, uno de los jugadores más importantes del conjunto andaluz que procedía del Udinese. Otra incorporación fue la de Roberto Soldado, que aportó capacidad goleadora y experiencia al vestuario. También Yangel Herrera, mediocentro cedido por el Manchester City y Maxime Gonalons, cedido por la Roma y posteriormente fichado por 4 millones.

El sueño de Europa

Tras conseguir la séptima plaza, el Granada debía disputar la fase previa de la Europa League para hacerse un hueco en la fase de grupos. Conscientes de la excepcionalidad de la situación, el club nazarí no desaprovechó su momento y se deshizo con facilidad del Teuta albanés, el Lokomotiv Tibilisi y el Malmö logrando. Por primera vez en su historia, el Granada lograría participar en una competición europea.

El sorteo emparejó a los andaluces con el Omonia de Nicosia, el PAOK griego y el PSV Eindhoven, uno de los equipos más potentes del torneo. En la primera jornada de la fase de grupos, el Granada ya enseñó su carta de presentación, derrotando al PSV en el Philips Stadion por 1-2. Finalmente, acabó clasificándose para los dieciseisavos de final tras adjudicarse la segunda posición del grupo con 11 puntos, tras solamente caer derrotado ante los holandeses en Los Cármenes.

Roberto Soldado celebrando su gol ante el Molde que certificaba el pase del Granada CF a cuartos de final. Fuente: Attila Kisbenedek / AFP
Roberto Soldado celebrando su gol ante el Molde que certificaba el pase a cuartos de final. Fuente: Attila Kisbenedek / AFP

En la primera eliminatoria se enfrentaría a todo un rival histórico como es el Nápoles, dirigido por Gennaro Gattuso. A pesar de que el conjunto italiano partía como el gran favorito, el Granada sorprendió en la ida batiendo a los napolitanos por 2-0 con goles de Yangel Herrera y Kenedy.

En el estadio Diego Armando Maradona, los granadinos tuvieron que sufrir, ya que en los primeros minutos del encuentro se adelantaría el conjunto local colocando el 1-0 en el marcador. Sin embargo, un gol de Ángel Montoro en el 23’ neutralizaría la eliminatoria que acabaría certificando el pase a octavos de final tras finalizar el partido con 2-1.

El sorteo que deparó los octavos de final fue más benevolente para los andaluces tras poner al humilde Molde noruego en el camino de los de Diego Martínez. Dos goles de Jorge Molina y Soldado darían una plácida victoria en Granada en la ida, y tras otro 2-1 en la vuelta, el conjunto nazarí volvía a pasar de ronda.

En los cuartos de final se enfrentaría a uno de los máximos aspirantes a conquistar el trofeo: el todopoderoso Manchester United. Con una diferencia presupuestaria abismal y una calidad de jugadores incomparable, el modesto Granada tenía la oportunidad de plantarle cara a uno de los clubes ingleses más poderosos del mundo. Pero todo sueño tiene su final, y después de mantener en todo momento la actitud guerrera que caracteriza a este equipo, los ‘Red Devils’ acabaron imponiéndose por 4-0 en el marcador global, poniendo el punto final a una de las travesías más importantes –sino la más importante– de la historia del club nazarí.

Marcus Rashford pugna un balón ante Domingos Duarte en la ida de los cuartos de final. Granada CF - Manchester United. Fuente: GETTY IMAGES
Marcus Rashford pugna un balón ante Domingos Duarte en la ida de los cuartos de final. Fuente: GETTY IMAGES

En tan solo dos años, el Granada CF ha conseguido aquello que muchos equipos llevan décadas tratando de alcanzar: clasificarse para Europa League y por si fuera poco –teniendo en cuenta su presupuesto y su plantilla–, llegar a los cuartos de final para caer derrotado con la cabeza bien alta ante uno de los mejores clubes a nivel mundial. Todo ello justo después de conseguir el ascenso a primera división.

Entre las claves de este éxito se encuentra el gran trabajo de Diego Martínez, al mando del vestuario desde el comienzo de este proceso, una fuerte columna vertebral con jugadores con experiencia en el club y unas incorporaciones que acabaron dando los mejores resultados posibles. Ahora hay que preguntarse, ¿habrá sido todo un sueño efímero o podremos volver a disfrutar del conjunto andaluz en competiciones europeas en un futuro cercano?


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