Decía Mark Twain que «viajar es un ejercicio con consecuencias fatales para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de mente». Y tenía razón, vaya si la tenía. Si no que se lo pregunten a Jordi Brescó, autor del libro, y Pau Riera, fotógrafo del mismo.

Empezando por Praga y pasando por Sheffield, Estambul, Génova y Belfast. Desde Glasgow a Nicosia, Hamburgo o Belgrado y acabando en Estocolmo.

Visitaron ciudades separadas por muros, conocieron el fútbol amateur, entrevistaron a futbolistas y entrenadores, charlaron con ultras fascistas y otros de extrema izquierda, estuvieron en estadios de 60.411 aficionados como Celtic Park y otros que acogen únicamente a 6.050 como The Oval, hogar del Glentoran FC.

Descubrieron rivalidades políticas y religiosas, compartieron cervezas con incontables personas y, por supuesto, disfrutaron de diez maravillosos derbis futbolísticos.

Porque, al fin y al cabo, en esto último reside el fondo de la cuestión, en saber apreciar este maravilloso deporte. Este lenguaje universal que compartimos y que nos permite disfrutar igual de todo un campeón de Europa como el Estrella Roja de Belgrado o de un Rangers Football Club que en 2012 estaba en la cuarta categoría del fútbol inglés.

Pero no nos engañemos, el que lea este libro no debe esperar un escrito analizando equipos, jugadores o trayectorias. En rivalidades crónicas el fútbol es el hilo conductor que sirve de excusa para conocer ciudades, historias, personas y sentimientos. El balompié como telón de fondo, sí, pero lo verdaderamente interesante de esta experiencia es viajar por los barrios, las calles y las gradas de estas fantásticas ciudades de la mano de Jordi y Pau. Y habla muy bien de ellos el que cualquier persona, sin la necesidad de ser aficionada al fútbol, puede sumergirse y aprender de este viaje por los rincones más recónditos de Europa. 

«En rivalidades crónicas el fútbol es el hilo conductor que sirve de excusa para conocer ciudades, historias, personas y sentimientos»

Si además te chifla el fútbol y tu vocación es la de ejercer el periodismo, como aquí un servidor, imposible no gozarse esta travesía. Siendo sinceros, ¿Quién no querría visitar diez estadios para vivir diez derbis?

En definitiva, una obra magníficamente escrita acompañada de un buen soporte visual que plasma los que los creadores querían y permite al lector adentrarse de lleno en la historia. Gracias a la revista Panenka por hacer posible este libro que recomiendo encarecidamente en estas fechas complicadas en las que la lectura sirve de abstracción.


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